El pole dance ha sido relacionado durante mucho tiempo con los clubes de striptease y salas de fiesta, y es que, esta práctica oriental fue adaptada en Occidente con movimientos exóticos que le dieron estilo de show erótico, en el que las bailarinas usaban un poste vertical para realizar su actuación mientras se iban quitando la ropa. Este aspecto le otorgó una mala fama que hasta hace algunos años seguía arrastrando, pero las cosas están cambiando. Esta práctica tiene mucho más que ofrecer por lo que en la actualidad se ha querido desligar un poco de su origen.

Es por esto que se ha desligado de este concepto y se ha convertido en una práctica deportiva con un reconocimiento a nivel mundial. Así muchas personas se lo toman como un deporte o un hobby, llegando a ser parte de la oferta de muchos gimnasios. Esta actividad permite trabajar el cuerpo entero y pone a prueba la resistencia tanto de los brazos como de las piernas, además de que estimula la autoestima de quienes lo practican.

Un deporte como cualquier otro

Así que una vez ha logrado evitar la estigmatización que se había ganado con el paso de los años, el pole dance empieza a ser considerado un deporte más. Esta práctica está reconocida oficialmente y combina gimnasia, baile y acrobacia. Incluso ha llegado a colarse dentro de la lista que evalúa el Comité Olímpico Internacional para ser parte de unos Juegos Olímpicos.

Realizando esta actividad se trabaja la flexibilidad, la fuerza y la coordinación, además del equilibrio que es muy importante. La resistencia y la concentración son otras de esas cualidades que son necesarias al momento de efectuar los movimientos más audaces. Muchos expertos concuerdan que al realizar pole dance se descubren músculos del cuerpo que no se sabía que existían.

Orígenes del Pole Dance

Pero de donde viene está plagado de varias teorías, una de ellas es que sus orígenes tienen fuerte relación con el llamado Mallakhamb, una práctica realizada en la India desde 1135 dC. Se dice que su finalidad era la de desarrollar más velocidad, mejorar los reflejos y trabajar la concentración de los luchadores. Pero fue en el momento en el que fue adaptado por los países occidentales en el que se incorporaron elementos de danza sensual.

Ya en la época moderna, en ciudades como París o Ámsterdam se empezó a usar en shows de cabaret y en clubes nocturnos. De esta forma chicas provocativas se movían con un fondo musical haciendo uso de la barra, buscando excitar a la clientela.

Beneficios de practicar esta disciplina

Esta disciplina deportiva fomenta el ejercicio tanto muscular como cardiovascular. Por lo tanto una clase de 90 minutos puede suponer un desgaste energético de entre 500 y 600 calorías, favoreciendo la sudoración que elimina toxinas del cuerpo. Además con los movimientos que se ejecutan sobre la barra es casi seguro que se fortalecerán los brazos, los glúteos y las piernas. Pero no solo se tonifica el cuerpo, ya que también se trabaja la flexibilidad consiguiéndose una mayor elasticidad en todo el cuerpo.

Por otro lado, muchas personas afirman que realizar sesiones de pole dance es un gran método para ganar seguridad en si mismo, además de cultivar la autoestima.

Presente y futuro del Pole Dance

En la actualidad existen un gran número de competiciones de pole dance en el mundo, e incluso este deporte tiene una federación internacional. Esta federación aglutina a todos los participantes de las cuatro disciplinas que existen, ya que en muchos casos también se valoran los elementos artísticos.

Las ambiciones de la Federación Internacional del Deporte de Tubo (IPSF por sus siglas en inglés) son altas, y es que, su presidenta ha dado declaraciones de que se está trabajando en que este deporte pueda estar presente en algunos Juegos Olímpicos, y por el momento ya cumplen con tres de los requisitos básicos para ello.