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Cuando hablamos de industria del sexo lo hacemos de un negocio muy grande que incluye a muchos otros negocios con algo en común: lo sexual como característica principal. La industria sexual va desde la fabricación de preservativos hasta el cine porno, pasando por la prostitución, sea o no legal en ese lugar. Incluso los cabarets y bares de pole dance se pueden incluir dentro de esta categoría, al ofrecer shows sensuales de desnudo entre sus principales atracciones. En Estados Unidos, por ejemplo, este tipo de alternativa es la más habitual, ya que la prostitución en sí está prohibida, salvo en el estado de Nevada. En la práctica, las chicas se pueden prostituir como en cualquier otro lugar del mundo, pero deben hacerlo al margen de la ley. Por eso muchas trabajan como meseras o como bailarinas topless, para luego conseguir clientes con los que disfrutar en un reservado. Para muchos, de hecho, la distinción entre prostituta y bailarina erótica es casi inexistente.

Es una discusión que todavía está ralentizando el auténtico debate en torno a la regularización de la prostitución. ¿Hasta dónde llega el concepto de prostitución? ¿Son prostitutas las acompañantes de lujo que no ofrecen servicios sexuales, pero sí compañía? ¿Lo son las bailarinas que se desnudan de forma sugerente y viven directamente del morbo sexual de su cuerpo, pero sin ofrecer tampoco esos servicios más explícitos? Está claro que hay todo tipo de opiniones en este sentido, y no se puede generalizar, pero necesitamos entender dónde colocar el límite de lo que significa prostitución. Porque si no lo hubiera, incluso aquellas chicas que hacen shows frente a la webcam, o sacan fotos para su Onlyfans, podrían ser consideradas prostitutas. En ocasiones, de hecho, una chica empieza simplemente como modelo de desnudo, pensando que no va a pasar de ahí, pero termina convirtiéndose en escort de lujo. Tal vez por el dinero, por la curiosidad o por las ganas que le provoca el vivir del sexo, y no solo de su imagen. En  este artículo vamos a profundizar en el camino que lleva a una bailarina erótica a convertirse en prostituta, algo cada vez más habitual.

Dos trabajos dentro de la misma industria

Ya lo decíamos al comienzo. La industria sexual abarca muchos tipos de trabajos y oficios, y no se limita solo a la prostitución, o al porno. Considerar que las bailarinas eróticas, sobre todo si son nudistas, están dentro de esta industria, es algo lógico a todas luces. Claro que pueden mantener simplemente en ese oficio, el de quitarse la ropa de forma sensual, sin pasar a ser nada más. En películas como Striptease o Showgirls esto se veía de manera bastante clara, poniendo a sus protagonistas ante situaciones peliagudas. Eran bailarinas, pero siempre estaban tentadas para dar el paso y convertirse en amantes profesionales. Un paso que, como veremos después, no todas dan.

Desde dentro, las propias chicas entienden que hay diferencias sustanciales entre salir a desnudarse al ritmo de la música, y pasar luego a tener sexo con desconocidos por dinero. Es un paso definitivo, de hecho, pero que desde fuera puede parecer más natural, porque estas chicas, para nosotros, están ya formando parte de la propia industria del sexo. Es como si una chica que hace porno tuviera problemas por desnudarse… Nos parecía extraño porque desde fuera lo vemos como algo mucho más homogéneo. Y conocemos, de hecho, muchos casos de mujeres que combinan sus bailes eróticos con servicios más explícitos y sexuales, tanto dentro como fuera del local de striptease.

El paso de desnudarse a tener sexo por dinero

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Casi como pasar de ser jugador a ser entrenador en el fútbol, o en cualquier otro deporte, el paso de bailarina a escort puede parecer natural, pero es muy importante. Porque no todas las chicas que bailan  desnudas quieren dedicarse luego a entregarse a esos servicios. Muchas de estas chicas se inician como bailarinas por sacar algo de dinero extra mientras están buscando otro tipo de oficios, aunque es cierto que este trabajo ya suele estigmatizarlas bastante desde el primer momento. Por eso también hay muchas que piensan que, una vez dentro de este negocio, lo natural es ir dando pasos conforme el dinero vaya llegando. Si pagan bien por sexo, ¿por qué quedarse solo desnudándose?

Es también una idea que tienen muchos clientes. Piensan que cualquiera de esas chicas estaría dispuesta a entregarse con ellos en el sexo, por la cantidad adecuada de dinero. Como se suele decir, todos tenemos un precio, y el de ellas además lo marca su propia intención de haber entrado en el mundo del sexo. Tal vez no para ser escorts o prostitutas, pero sí con una mente más abierta que cualquier otra chica tradicional en estos temas. Hay bailarinas eróticas que realizan bailes privados donde permiten incluso que los hombres las toquen, pero no pasan de ahí. Por mucho dinero que les ofrezcan, no quieren dar ese último paso porque consideran que entonces estarían haciendo algo que realmente no les apetece. Pero, ¿no es lo mismo que la mayoría de bailarinas que solo se desnudan por dinero?

Muchas colombianas terminan así

¿Qué es lo que lleva realmente a una chica a introducirse en la industria del sexo, más allá del tipo de papel que tenga? Normalmente, el dinero. La necesidad de conseguir un ingreso extra para sobrevivir, o de llevar una vida mucho más cómoda, gracias a todo lo que ganan con este tipo de trabajos. Es cierto que en algunos lugares, ser bailarina erótica puede reportar bastantes beneficios, sobre todo porque es un trabajo no tan sacrificado, por ejemplo, como el de la prostitución. Sin embargo, una prostituta que tenga buenas tarifas y una cartera amplia de clientes terminará ganando mucho más que una bailarina erótica. Porque al final, el sexo se paga mucho mejor que los bailes.

En países como el nuestro, donde la necesidad económica es acuciante para muchas mujeres, es habitual encontrar a chicas sobre todo jóvenes que empiezan como bailarinas. Muchas hacen el viaje completo en muy poco tiempo y terminan como escorts a los pocos meses, sobre todo cuando empiezan a ver mucho dinero por sus servicios. Otras, que han tenido que emigrar para encontrar un futuro mejor fuera de las fronteras, también se inician como profesionales del placer a través del baile erótico. En Estados Unidos, como ya hemos comentado al principio, es una de las formas más usuales de terminar siendo prostituta. En España, donde la comunidad colombiana también es muy  grande, es habitual encontrar a chicas de nuestro país que se inician como amantes después de hacer striptease. Pero al final, la decisión la toma cada chica, y es responsabilidad suya y nada más.